Una de las cosas buenas del País de Nunca Jamás es que puedo bailar con mi sombrero y mis orejas de burro sin tener miedo a que me pongan un cero. ¡Wendy! ¡Wendy! Ven con esa hierba que huele tan bien para que lo celebremos… No seas mala…
Los Niños Perdidos viven entre nosotros, pero ellos creen que siguen en el País de Nunca Jamás. Observan nuestro mundo con la ingenuidad y la malicia que siempre les caracterizó, incluso si Wendy (aunque no le gusta que le llamen así sino Gwen), la fiel amiga de Peter Punk, es ahora homeless, traficante y anarquista.
Solamente ella sabe la cruel verdad: el País de Nunca Jamás ha sino nacionalizado y convertido en un parque temático.
Curly es el más sensato, el Gemelo 1 es atolondrado y adora bailar con su sombrero con orejas de burro y el Gemelo 2 es neo-con, el único que tiene un vago recuerdo de su mamá, a la que llama cuando se acuerda de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario